miércoles, 18 de marzo de 2015

Felicidades, superpapá

    Susana de Juana

La conciliación laboral está de moda últimamente. Resulta que conciliar consiste no en compatibilizar, sino en hacerlo todo a la vez: trabajar, criar, sacar tiempo para tu pareja que se siente desplazado… o contratar a una canguro mientras pones tu vida personal por delante de la profesional. En realidad, conciliar es levantarse a las 7 de la mañana, poner la lavadora mientras sale el café, quitar el lavavajillas con la tostada en la mano, preparar almuerzos, levantar al resto de seres vivos de la casa, dar desayunos y carteras, hacer la ruta de colegios-trabajo, volver a casa, hacer la ruta de actividades extraescolares, llegar a casa, asombrarte de que tu cerebro aún sea capaz de dar respuesta a los deberes, baños, cena, y un ratito de plancha mientras ves la tele  antes de caer en la cama para dormir seis horas y media y volver a empezar.

Si haces todo eso, o casi todo, enhorabuena, eres un padre conciliador. Un superpapá. Y te mereces tu día.

Se habla mucho de las supermamás, de las ayudas para que las madres concilien trabajo y crianza, pero muy poco de los superpapás. El estereotipo social es que el padre de éxito es el que “provee” a la familia, mientras que los papás que eligen quedarse más tiempo en casa, algo casi asumido en el caso de la mujer, aún no son vistos como héroes. Desde aquí queremos brindar por esos superpapis que cambian pañales, derrotan a los monstruos de debajo de la cama, se pasan una tarde en los columpios, se saben los diálogos de las tortugas ninja, en el trabajo tararean la canción de Frozen y en el coche llevan un paquete extra de toallitas “por si acaso”.


Felicidades, Superpapá. 


P.D. Si queréis ver el vídeo preparado por la Comisión de Igualdad del SEP, pinchad en el siguiente enlace: 
https://www.youtube.com/watch?v=OpVZKbDfS0Q&feature=youtu.be