miércoles, 18 de marzo de 2015

Felicidades, superpapá

    Susana de Juana

La conciliación laboral está de moda últimamente. Resulta que conciliar consiste no en compatibilizar, sino en hacerlo todo a la vez: trabajar, criar, sacar tiempo para tu pareja que se siente desplazado… o contratar a una canguro mientras pones tu vida personal por delante de la profesional. En realidad, conciliar es levantarse a las 7 de la mañana, poner la lavadora mientras sale el café, quitar el lavavajillas con la tostada en la mano, preparar almuerzos, levantar al resto de seres vivos de la casa, dar desayunos y carteras, hacer la ruta de colegios-trabajo, volver a casa, hacer la ruta de actividades extraescolares, llegar a casa, asombrarte de que tu cerebro aún sea capaz de dar respuesta a los deberes, baños, cena, y un ratito de plancha mientras ves la tele  antes de caer en la cama para dormir seis horas y media y volver a empezar.

Si haces todo eso, o casi todo, enhorabuena, eres un padre conciliador. Un superpapá. Y te mereces tu día.

Se habla mucho de las supermamás, de las ayudas para que las madres concilien trabajo y crianza, pero muy poco de los superpapás. El estereotipo social es que el padre de éxito es el que “provee” a la familia, mientras que los papás que eligen quedarse más tiempo en casa, algo casi asumido en el caso de la mujer, aún no son vistos como héroes. Desde aquí queremos brindar por esos superpapis que cambian pañales, derrotan a los monstruos de debajo de la cama, se pasan una tarde en los columpios, se saben los diálogos de las tortugas ninja, en el trabajo tararean la canción de Frozen y en el coche llevan un paquete extra de toallitas “por si acaso”.


Felicidades, Superpapá. 


P.D. Si queréis ver el vídeo preparado por la Comisión de Igualdad del SEP, pinchad en el siguiente enlace: 
https://www.youtube.com/watch?v=OpVZKbDfS0Q&feature=youtu.be

2 comentarios:

Isabel Velayos dijo...

¡¡Muy bien dicho!! Esta clase de hombres merece que se les felicite el 19 de marzo; y que su trabajo se cuente, para que otros, que aún puedan estar indecisos acerca de lo que es conciliar, les tomen como ejemplo en el camino hacia la igual real.
Isabel Velayos

Carlos. dijo...

Hola.
Interesante la entrada en vuestro blog. Sólo quería hacer alguna reflexión:
Efectivamente existe ese estereotipo del padre proveedor, pero creo que, como cualquier idea del pasado, tiende a prejuzgar a la mitad de nuestra población (los hombres) indicando que seguimos viviendo en la edad de piedra.
Para que te hagas una idea, estoy en una oficina donde somos 8 compañeros los que tenemos hijos, y te aseguro que no somos una minoría los que llamarías superpapás, sino que somos la totalidad. Pero aun así, a los padres (entiénsade sólo en sentido masculino) no se nos presume el ocuparnos de nuestros hijos, ni desde parte de la sociedad perteneciente a generaciones anteriores, ni desde la Administración, procesos judiciales, etc.
Muestras de lo que te digo:
- Jefes de generaciones anteriores que te miran con mirada extraña cuando llevas a tu hijo al médico.
- Administración Tributaria que premia la conciliación sólo de las mujeres (1200 euros/año durante 3 años)
- Leyes discriminatorias donde sigue apareciendo la palabra mujer y hombre (en lugar de persona).
- Bloqueo continuo de iniciativas de coparentalidad tras las rupturas de parejas (en caso de separación, las madres no tienen que demostrar que son buenas madres, los padres sí, y aun así, la cosa está... dejémoslo en "complicada".
- ¿Seguimos? Hay millones de ejemplos, muchos muy polémicos, prefiero no entrar.

Es curioso cómo el SEP es el único sindicato que se posiciona de alguna forma en contra de la discriminación, y por eso se lo agradezco (de hecho mandé hace muy poco una nota de agradecimineto a su correo genérico, no sé si alguien lo lee, pero ahí quedó). Un ejemplo es la nota de este año y del año pasado, a propósito del día del Padre y del día del orgullo gay. En una se habla de coparentalidad y en la otra se hablaba de la discriminación en materia de violencia doméstica que sufrimos todos los que no seamos mujeres heterosexuales.

Por lo tanto, y a modo de conclusión, dejemos de ver a los superpapás como algo extraño y a quien hay que admirar, porque te aseguro que ni somos algo extraño, ni tenemos nada por lo que debamos ser admirados. Hacemos como las supermamás, dedicar tiempo a lo que más queremos en el mundo.

Un abrazo.

Carlos.